sábado, 14 de noviembre de 2015

CONSEJOS PARA SOBRELLEVAR LA INFERTILIDAD

La carga emocional que acompaña las dificultades al momento de desear tener un bebé y no poder lograrlo es inmensa, los expertos denominan esta situación como: síndrome de infertilidad, algunos centros de reproducción asistida suelen tener equipos de psicólogos para ayudar a superarlo, ya que este proceso como sabemos no solamente puede perjudicar el logro del embarazo, también puede alterar la unión de la pareja. En promedio, entre el 15 y el 45 % de las parejas abandonan el tratamiento sin llegar a su fin.

Para ayudarte a ti y a tu pareja a controlar sus emociones, te propongo estos consejos para sobrellevar la Infertilidad:

1.    Trata de aceptar la situación.  Asumir que existe una dificultad para concebir un hijo es el primer paso para poder enfrentarse a ello. Es normal sentirse triste, frustrado o abrumado; te aconsejo aprender a identificar estos sentimientos, modificar los pensamientos negativos y generar un estado de ánimo más sereno.

2.      Mira el futuro con actitud positiva. Es preciso evitar enfocar la atención en las causas de la infertilidad que pueden ser múltiples y producen ansiedad y centrarse en los aspectos de la vida cotidiana sobre los que sí tenemos control y aportan bienestar. Con una actitud positiva, se puede buscar las posibles soluciones.  

3.    Se realista y date un tiempo. Es importante mantener un equilibrio y ajustar nuestras expectativas a la situación real. No debemos perder de vista nuestras probabilidades de éxito, aceptarlas sin caer en la negatividad. Y tomarse el tiempo que sea necesario, sin precipitarse. 

4.    Apóyate en tu pareja. La infertilidad afecta a ambos miembros de la pareja ell poder abordar el problema de la mano de tu pareja ayuda a los dos a superarlo, compartiendo la carga y afrontando conjuntamente el tratamiento y la lucha. Cada miembro de la pareja lo vive a su manera pero es importante respetar las emociones del otro sin juzgarlas para fomentar la unión entre ambos.

5.    Consulta y resuelve tus dudas. Mantenerse informado es especialmente importante porque contribuye a reducir el nivel de ansiedad que se produce ante lo desconocido. Saber en qué consiste el tratamiento, las fases, la medicación que se debe tomar o las posibilidades de éxito ayudan a aclarar dudas y afrontarlo con mayor seguridad. 

6.    Mantén el estrés a raya. Se ha demostrado que las mujeres que presentan altos niveles de ansiedad tienen un 30% menos de posibilidades de que sus óvulos sean fecundados y aumentan las posibilidades de sufrir un aborto. Es recomendable consultar a un especialista para identificar si el nivel de estrés es elevado o perdura en el tiempo y buscar ayudas con terapias complementarias, como la relajación o la acupuntura.

7.    Continúa con tu vida normal. Es importante continuar, en la medida de lo posible, con la actividad cotidiana, así como buscar nuevos intereses. Mantener la mente ocupada en actividades agradables disminuya la ansiedad. Además, la vida en pareja no debe centrarse únicamente en conseguir la gestación.

8.    Busca apoyo psicológico. La asistencia psicológica o una ayuda espiritual es de gran ayuda durante el camino que transitas cuando luchas por quedar embarazada y llevas quizás un tratamiento de reproducción asistida. Además de animar a las parejas en los momentos más difíciles, el equipo de psicólogos puede enseñar técnicas de autocontrol para combatir mejor las situaciones de ansiedad que se generen y disminuir la carga emocional. Ello contribuirá a que haya una mayor cohesión entre tu pareja y tú y que no abandonen el tratamiento. 

9.    Intercambia con otras parejas en la misma situación. Vincularse con otras parejas que estén pasando por el mismo tratamiento ayuda a relativizar la situación y evita el aislamiento. Compartir experiencias similares ayuda a ver la infertilidad como lo que es: un problema que afecta a muchas personas. 

10.  Tener un “Plan B”. Un tercio de las parejas tratadas por problemas de fertilidad no logran tener un hijo biológico. Antes de iniciar el tratamiento y a la vista del diagnóstico, se pueden diseñar un plan, decidir qué tratamientos están dispuestos a intentar, los recursos que se destinarán, hasta cuándo y finalmente, marcar la meta. Tener una ruta ayuda a mantener las emociones a raya ante las dificultades que pueden surgir y que escapan a nuestro control.

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